15 de enero de 2009

Tú, yo y la poesía

2 nota/s afinadas




Sólo tres personas conocen
la verdadera realidad de todo esto.
Tú, yo y la poesía.

Ella ha sido testigo fiel
de cada despedida,
de cada reencuentro,
de cada beso,
de cada caricia
y de todo aquéllo que te pedía.


Gracias a ella tolero la realidad.
Gracias a ella resisto.
Me siento creador y recreo lo bello
en contraposición a lo vivido.
Huyo de lo real en un segundo
y atraigo a mi mundo de sueños
las sonrisas heladas de deseos.
Un mundo frenético y perfecto,
pero en el momento justo
en que reposa la pluma,
se para todo.
Todo.


Primero un grito,
luego un lloro
y por último el rasgueo de mi alma,
aullido inmundo del placer que imploro.

Vivir es aprender.
Vivir es despertar cada día
y no dejar de soñar
en que tu sueño es vida.
Sueño con que el corazón
aquí plasmado sonría.
Quizá no mañana ni pasado.
Pero que sonría de nuevo,
como antaño.


11 de enero de 2009

Hoy estuve contigo

3 nota/s afinadas



Creo que sí.
Fue hoy cuando al despertar
justo antes de abrir los ojos
te sentí conmigo.
Noté tu olor y un suspiro
pero un parpadeo me confundió el sentido.
Abracé sin miedo el vacío
con la esperanza de tenerte
y sonreí por infinita vez
ante el recuerdo de tu abrigo.
Hoy estuve contigo.

Fue hoy cuando ante la mirada de un niño
reaccioné perplejo e inocente.
De tu nuevo tu imagen,
de nuevo tus rizos.
Tus ojos bellos recién nacidos
que ilusionan palabras y crean sonidos.
Hoy estuve contigo.

Fue hoy cuando al oír baladas
en mi memoria cansada,
viniste a mí preciosa y alada
y dirigiste una orquesta de sueños
desde donde se escucha la nada.
Un concierto inolvidable, íntimo.
Un baile perfecto, intensamente cogidos.
Hoy estuve contigo.

Fue hoy cuando alcé la vista
en la noche cerrada
y divisé una luna gigantesca,
cercana, limpia y blanca.
Contemplarla tan bella
me llevó a ti
y te hablé, te dije algo.
Creo que fueron dos palabras.
Creo que te di un beso.
Hoy estuve contigo.

Fue hoy cuando al descansar en la cama
añoré tu cuerpo y remedié mis ganas.
Te imaginé durmiendo arropada
bajo mil capas que calienten tu alma.
Y yo a tu lado
guardando los sueños que se escapan
bajo la mirada atenta de tu celosa almohada.
Con cuidado y sin perder la esperanza
de amoldar a tu antojo el destino.
Hoy estuve contigo.

Hoy es siempre.
Hoy es todos los días
desde tu partida.
Hoy me enamoro y te echo de menos.
Hoy deseo que estés bien, que sonrías.
Hoy te quiero (más que ayer).
Hoy empieza y termina para ti.
¡Hoy estuve contigo!


7 de enero de 2009

¿A qué tienes miedo?

3 nota/s afinadas



Soledad. Sentirme solo.
Me ahoga.
Allano el camino sin quererlo
de la quietud más honda
y respiro ceros,
invado la nada de sombras.

Es bueno avanzar con el espíritu del guerrero
y ansiar conseguir todas las cosas.
Transformar esa soledad que te acongoja
en el abrigo tierno del talento puro
con la entera libertad que el mundo agota.

Soledad creadora.

Alcanzo el final del día,
cae la noche, el mundo duerme.
Fuera, oscuridad plena,
sólo las nubes hablan.
A mi lado nadie ni nada.
Bueno, tu recuerdo y mis ganas
de soñar.

Papel, lápiz y luz artificial.
Tu imagen, mi deseo
y cien palabras rompen a flotar.
Rellenan el espacio aéreo de la habitación
y me saludan, me sonríen,
les agradezco su función.
Te mantienen cerca, es suficiente.
Me mantienen vivo, respiro.
No olvido. Escribo y aquí estás.

Descansa.
Es hora de soñar...

 

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